El humanismo es una corriente filosófica generada en el XV y XVI por los inicios del individualismo que se desarrolló con la nueva concepción del mundo durante el Renacimiento. Quizá la verdadera pregunta es, ¿qué es Renacimiento? Es un movimiento cultural que se originó en Italia, quizá por la llegada de muchos sabios griegos exiliados de la Constantinopla conquistada por el Imperio Otomano. El Renacimiento es un movimiento cultural que provocó transformaciones artísticas, sociales, culturales, políticas, económicas y religiosas. Si bien el creador del término es Giorgio Vasari, la recuperación y definición de éste movimiento ideológico se lo debemos a Jacob Buckhardt con la publicación del libro en el siglo XIX "La Cultura del Renacimiento en Italia".
Cuando hablamos de Renacimiento lo primero que nos viene a la cabeza es el "Hombre de Vitrubio" la obra de Da Vinci, cuando veo esa imagen me parece estar contemplando a un nuevo cristo, crucificado por la ciencia y la geometría. La exaltación por el hombre como medida de todas las cosas y la recuperación de los textos clásicos serán características fundamentales en el movimiento.
Los percusores del Renacimiento serán Petrarca, que hablaba de recuperar un latín que se había degenerado con las lenguas romances, Bocaccio o Dante. En la pintura Giotto será uno de los primeros antecedentes. Las nuevas directrices artísticas provocarán que el autor de las obras deba saber de geometría, óptica, perspectiva y una serie de aprendizajes que elevarán su figura, ya no será un artesano sino un artista, contratado por los grandes mecenas que gobernaban las ciudades-estado italianas como los Medicci en Florencia o la dinastía Sforza en Milan. Destacarán figuras humanistas como Juan Luis Vives en España, Erasmo de Rotterdam o nuestro querido Guillaume Budé en Francia.
La reforma protestante de Lutero, la invención de la imprenta y la pérdida del monopolio de la educación por parte de la Iglesia serán cuestiones claves para la proliferación de éste nuevo movimiento que se inspirará en la separación entre Fe y Razón, se basará en la Filología y en la Hermenéutica proliferando hacia las teorías de Descartes racionalistas y el empirísmo de Francis Bacon. Todo ello desembocará en una revolución científica, una escalada de descubrimientos liderada por Copernico y Vesalio, que pusieron en duda las obras de Galeno y Ptolomeo. Kepler confirmará las teorías de heliocentristas de Copérnico y añadirá la elíptica del movimiento de los planetas y Galileo llegará a descubrir los anillos de Saturno. Torricelli ahondará en la termodinámica que provocará las teorías de los gases de Boyle. En matemáticas, la geometrización del mundo dará paso a estudios de la presión definidos por Pascal, los logaritmos de Nieper y finalmente las obras de Isaac Newton. La divulgación francesa de las obras inglesas a través de Academias, Sociedades, Enciclopedias abrirán las puertas de la Ilustración, un periodo de lucidez que no salió de la nada, sino que es la culminación del Renacimiento.
Celia Amorós habla de las vetas de la Ilustración, es decir, hay momentos concretos en los que se analizan las normas impuestas y se ponen en duda la legitimidad de las instituciones que nos gobiernan, ¿deberíamos atender a una de esas vetas hoy, en pleno siglo XXI?
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